Obama justificaba espiar a la gente, pero por una buena causa
Era un oportunista
También reconoció la posibilidad de una pandemia y no hizo nada para implantar medidas
Obama justificaba espiar a la gente, pero por una buena causa
Era un oportunista
También reconoció la posibilidad de una pandemia y no hizo nada para implantar medidas
Pero no tomamos control de los mismos.
Sobre esto había escrito antes.
Como de costumbre, hay enorme discusión sobre responsables. Hay que buscarlos precisamente para saber dónde estuvieron las fallas.
Tampoco ha sido un evento único en la historia.
Vea esta película para una idea de lo que pudo pasar
Ahora, con la pandemia de la COVID 19 todo puede ser peor
Hay un estudio en Estados Unidos que deberíamos examinar. Hay un sector que sin estudios superiores que se enfrente a una realidad deprimente que los está matando.
El paper:
Esto también es globalización: causar desastres a nivel mundial. Vea la película que da una idea de lo que pudo haber pasado.
Un cuadro posible de la realidad.
Un repaso diez años después
Fiebre de sábado por la noche es una película que muchos creímos retrataba la vida nocturna de jóvenes de Brooklyn en los setenta. Y no era así.
Quizás muchos jóvenes en la actualidad ni siquiera conozcan la película. Cuando estuvo en cines por primera vez, fue toda una sensación.
Hasta Hitler hablaba de paz. A Obama le dieron el Nobel de Paz de manera injustificada, así que eso tampoco es un indicador para creer que alguien es una persona de paz. Por tanto, hablar de paz no significa nada, a menos que se sepa de qué se está hablando y ello esté acompañado de frutos de paz.
Primero una cápsula del tema.
Ahora algo más amplio.
Informe de la comisión del gobierno de Estados Unidos que examinó el ataque del 11 de Septiembre en Estados Unidos.
Hillary Clinton, cuando fue Secretaria de Estado de Obama, manejo correos oficiales desde su hacienda y con un servidor privado, no el del gobierno. Uno no puede dejar de usar los canales oficiales cuando está en el gobierno. En realidad, eso ni siquiera se permite en la empresa privada seria.
Pero parece que eso no importa.
Un presidente no puede producir declaraciones si no se revisan con esmero antes. Trump no debió siquiera sugerir que se estudiara el uso de desinfectantes en la sangre, pero no sugirió al público que se inyectara nada. Esa fue una mentira.
En el error cayeron incluso sitios de internet que se anuncian como verificadores de noticias falsas. O sea que ellos mismos publicaron noticias falsas. Va un ejemplo:
Eso no es cierto. Trump jamás sugirió inyectar desinfectante. Lea usted mismo la declaración oficial:
Si usted sigue creyendo esa tontería, le ruego demostrar que me equivoco. Demostrar, no afirmar, que cualquiera afirma, pocos demuestran.
Incluso expertos médicos afirmaron que Trump estaba equivocado, asumiendo las palabras sin examinarlas.
Veamos lo que presentan en traducción medios antiTrump del párrafo pertinente:
El párrafo pertinente en español, tomado del texto de CNN anterior, sería según CNN como sigue:
«“… Correcto. Y luego veo el desinfectante, que lo elimina [el coronavirus] en un minuto. Un minuto. ¿Y existe alguna manera de que podamos hacer algo así, con una inyección en el interior, casi una limpieza? Porque ves que eso se mete en los pulmones y hace un número tremendo en los pulmones. Por lo tanto, sería interesante comprobar eso. Entonces, vas a tener que acudir a médicos. Pero suena, me parece interesante”.» (resalté)
https://cnnespanol.cnn.com/2020/04/24/las-ideas-increiblemente-peligrosas-de-trump-sobre-los-desinfectantes/
Lo que dice es que habría que comprobar eso y que tienes que acudir a los médicos. No dijo a la gente: vayan a inyectarse.
Veo allí una pregunta que sugiere verificar eso sin descartar a los médicos.
Y si cree que ni siguiera puede preguntarse, le recuerdo lo que afirmó Carl Sagan:
“Hay preguntas ingenuas, preguntas tediosas, preguntas mal formuladas, preguntas planteadas con una inadecuada autocrítica. Pero toda pregunta es un clamor por entender el mundo. No hay preguntas estúpidas.”
SAGAN, Carl. El mundo y sus demonios, Planeta, 1997, Barcelona, página 309.
Ahora, alguien de su cargo y su influencia no debió siquiera sugerir que se investigara eso, pudiendo haber preguntado en privado, lo que es asunto distinto. Un presidente no puede hablar al «aire», como también hizo Obama varias veces (un ejemplo), e incluso recibió un premio Nobel de Paz que no tenía justificación.